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LA GUERRA EN EUROPA: ¿Una oportunidad para la industria militar latinoamericana?

Autor: Daniel Andrés Birchner. Psicólogo. Magíster en Conflictología Internacional (Rusia). Maestrando en Inteligencia Estratégica.

La guerra en Ucrania pone de relieve las deficiencias del entramado industrial militar europeo en vista de una posible futura guerra con Rusia. Mientras tanto, Moscú y Kiev necesitan municiones y armas para sostener sus líneas de frente actuales. ¿Existe una posibilidad para la industria militar latinoamericana de abastecer a los contendientes?

Luego del fin de la Guerra Fría en 1991, años de desinversión y desinterés resultaron en un notable desarme de los principales ejércitos en Europa. Sin embargo, los antiguos fantasmas de una masiva guerra en Europa renacieron tras el 24 de febrero de 2022.

El apoyo militar y logístico a Ucrania ha evidenciado una insuficiente capacidad de producción de municiones y un claro descenso en los índices de reclutamiento. Rusia, por su parte, comenzó un programa de modernización y rearme, similar al lanzado por Putin tras su ascenso al poder en 1999. Sin embargo, dada la situación actual de casi guerra de trincheras en Ucrania y con un frente estancado, ambas naciones han otorgado a la artillería un rol fundamental en el mantenimiento de las líneas de frente. Para ponerlo en números: de acuerdo a estimaciones de la Unión Europea[1], en 2023 Ucrania usaba hasta 7.000 disparos de artillería[2] por día, mientras que Rusia, 20.000 disparos. Es evidente que entre los contendientes, Kiev está en clara desventaja con Moscú en términos de producción de munición. Por su lado, el año pasado Europa puso a trabajar sus fábricas y se comprometió con Ucrania para proporcionarle un millón de municiones de 155mm, sin embargo, al momento sólo han entregado un tercio de lo prometido. Rusia, por su parte, ha recibido medio millón de municiones de su aliado norcoreano, además de los conocidos drones Shahed­ 136‘’Testigo’’ de Irán.

Eso lleva a que tanto Moscú como Kiev, además de apelar a su propia producción local (especialmente en el caso ruso), busquen mantener una provisión contante de municiones, negociando con sus países aliados. En este esquema, en el continente americano, además de la superpotencia estadounidense, también existe una tímida pero pujante industria militar latinoamericana, y tanto Kiev como Moscú cuentan con partidarios en el área, en mayor o menor medida. Dicho esto, ¿surge una oportunidad para la industria militar hispanoamericana?

En principio, debemos tener en claro que el concepto de comercio militar no implica meramente el comercio de armas. Municiones, uniformes, equipos electrónicos, suministros contra gases, repuestos, vehículos de logística y otros forman parte de aquellos elementos que pueden necesitarse en una guerra, además de las armas en sí. Entendemos también, que la producción de armamentos (tanques, aviones, barcos, submarinos) requiere un nivel de especialización e infraestructura industrial abismalmente superior a aquella necesaria para la elaboración de equipos más simples, como por ejemplo uniformes o bien, municiones. En la actual guerra en Ucrania, debido al uso masivo de la artillería de campo por parte de ambos bandos, día a día nos enteramos de que el principal problema en la logística de los contendientes es la falta de municiones. Esto se debe a que los lotes de municiones se fabrican a pedido, es decir, no se fabrican de forma continua. Esos lotes, una vez fabricados y comprobados, se guardan en depósitos con la premisa tácita de nunca tener que usarlas. De ahí que, en varios casos, el almacenamiento de municiones se configura básicamente como reserva, lo que es decir que se producen no en base a demanda actual: hay un stock determinado y en una guerra de posiciones, como es la actual en Ucrania, ese stock se consume muy rápidamente. Ahora bien, con las constantes trasferencias a Kiev, varios países de Europa ven reducirse al extremo sus propias reservas de municiones. Dinamarca, incluso, hace poco declaró que cedería toda su artillería a Ucrania[3]. Esto significa que varios países europeos tienen un compromiso real con Kiev, sin embargo es necesario explorar otras posibilidades, ya que una guerra con Rusia en el futuro ya no es un escenario lejano (recordemos las declaraciones de la Inteligencia de Alemania)[4] y los países europeos necesitan mantener sus propias posibilidades de supervivencia.

¿Puede Hispanoamérica  aprovechar esta oportunidad?

Hispanoamérica no es un espacio políticamente homogéneo, ni en política interna ni mucho menos externa. Existen países que han condenado la intervención rusa en Ucrania, como otros que han manifestado su apoyo a Rusia. Entre estos últimos, están los históricos aliados del Kremlin en América: Cuba, Venezuela y Nicaragua. Sin embargo, el apoyo no se ha traducido en envió de armas ni apoyo logístico, al contrario: es Rusia la que aumentó la exportación de armas a sus gobiernos aliados en el continente.

En cuanto a los aspectos industriales, los países aliados de Rusia en Hispanoamérica no se destacan principalmente por su industria militar: Cuba es la potencia militar del Caribe. Desde la década de 1960, se constituyó en aliado geoestratégico de la URSS y comenzó a recibir armas. Hoy, más de treinta años después de la caída del telón de acero, el país, pese a sus limitaciones es un actor militar relevante, localmente. Aunque casi no posee fuerza aérea ni marina[5], sí cuenta con un gran ejército blindado, milicias entrenadas y experiencia en varios conflictos internacionales. El país debe su potencial militar actual gracias a la URSS (y posteriormente a Rusia), de quien recibió aviones, armas pesadas y tanques tras la revolución (sin menospreciar los vínculos con Angola, Nicaragua, Corea  del Norte y Venezuela). Sin embargo, existe también una pequeña industria local, agrupada en la Unión de Industrias Militares. Este conglomerado estatal produce bienes también para el sector civil. Entre sus funciones militares, están el mantenimiento de los vehículos, armas y equipos electrónicos, cuyos repuestos reciben mayoritariamente de China[6]. En cuanto a producción de munición, es difícil acceder a cifras oficiales. Probablemente la infraestructura industrial permita la creación de munición de artillería, minas y armas ligeras[7] [8] para el consumo local y quizás la exportación a países amigos cercanos, pero ya hablar de munición más compleja como misiles, es otro cantar.

Otro de los aliados rusos en Hispanoamérica es Nicaragua: el país centroamericano cuenta tradicionalmente con la mejor fuerza acorazada del Caribe, aunque con uno de los ejércitos numéricamente más pequeños de la región. Desde el éxito de la revolución sandinista en 1979, Nicaragua recibió equipamiento militar checoslovaco, norcoreano y soviético. Actualmente depende, para las municiones y el mantenimiento de su equipo militar, de Rusia[9], aunque no podemos descartar totalmente que tenga contratos similares con Venezuela o Cuba, los únicos en la región con un equipo similar. Nicaragua no cuenta con una industria militar propia para producir municiones, ni fabricar armas. Su mayor complejo industrial se fundó en julio de 2013, el centro Coronel Santos López, en Managua. Allí por el momento, se producen uniformes, pertrechos (mochilas) y muebles.

Venezuela supo ser, y lo es hoy aunque en menor medida, la potencia petrolera del Caribe. Incluso fue este país el que, en 1960, fomentó la creación de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), en una década que definió al petróleo (y su know how)[10] como recurso geoestratégico. Caracas se encuentra en un proceso activa de modernización y crecimiento de sus fuerzas armadas, especialmente el entrenamiento de sus milicias y la cooperación tanto militar como de inteligencia con Rusia. Su único conglomerado industrial es la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM), creada en 1975. De acuerdo a su página oficial[11], esta compañía abastece a las fuerzas armadas venezolanas de municiones para armas ligeras de infantería, uniformes, comunicaciones y explosivos.

En conclusión, los tres países mencionados poseen una pequeña industria militar local que cumple funciones de autoabastecimiento, en el mejor de los casos, con escasa o nula capacidad de producción para convertirse en un proveedor de las fuerzas armadas rusas. Además, entra en juego el factor geográfico: Rusia queda demasiado lejos, y la distancia conjuntamente con lo poco que puede transportarse, no ameritan la inversión. Sin embargo, existen otros aportes que estos países podrían llevar a cabo, más allá de lo meramente armamentístico. En lugar de armas, La Habana podría colaborar exportando a sus profesionales médicos, los cuales en más de una ocasión han demostrado su valía en África, Caribe y Sudamérica. Lo ha hecho antes y lo hacen actualmente, aunque no exentos de polémica[12]. Y este movimiento no es una nimiedad económica: sólo en 2019, los beneficios cobrados a los países receptores significaron el  6 % del PIB y el 46 % de las exportaciones cubanas[13].Cuba también estuvo hace poco en el centro de la polémica internacional cuando en septiembre de 2023 el gobierno de la isla denunció la existencia de una red secreta ilegal de reclutamiento[14] de soldados cubanos para ir a pelear al frente ucraniano. La Habana se mostró oficialmente en contra de esta red secreta así como de la actividad mercenaria[15]. Hasta el día de la redacción de este artículo, el gobierno ruso no se pronunció sobre la presunta existencia ni desmantelamiento de la red, en caso de existir. Lógicamente, quedan fuera de esta consideración aquellos ciudadanos cubanos residentes en Rusia que hayan decidido enlistarse para ir a pelear.

Po su parte, tanto Caracas como Managua han demostrado su abierto apoyo político a Moscú, sin embargo ninguno oficializó en ningún momento el envío de suministros militares de ningún tipo.

Ahora bien, en el bando de las naciones que expresaron su condena al ataque ruso, el mayor exportador de armas es Brasil, de acuerdo a Statista[16]. Es también la primera potencia militar de la región de acuerdo a GFP[17]. Entre sus éxitos internacionales contamos la serie de vehículos blindados Cascavel[18], los aviones de entrenamiento y ataque SuperTucano, entre otros. Incluso, hace muy poco la Marina Brasileira botó un submarino diésel construido localmente en cooperación con Francia, y tiene entre sus planes construir el primer submarino nuclear sudamericano. Se trata del único país de la región que cuenta con astilleros funcionales actualmente para construir submarinos, un logro que sólo once países del mundo tienen[19]. Adicionalmente, Brasil posee un conglomerado de empresas tanto públicas como privadas con capacidad para fabricar municiones de varios tipos, tanques, vehículos blindados, sistemas electrónicos complejos[20], astilleros e incluso aviones, aunque los más avanzados, los Grippen suecos, son importados (aunque pueden tener su mantenimiento en el país). Existen otros países, como Chile, Perú y Ecuador que constituyen los siguientes en el ranking de exportadores, pero en mucha menor medida que Brasil.

Como país integrante del BRICS, el país carioca estaría en una posición difícil si accediera a enviar municiones o armas a Ucrania. Condenar políticamente la iniciativa de ataque de Moscú es una cosa, enviar armas a Kiev es otra muy distinta. Ambas acciones tienen diferentes consecuencias geopolíticas. Es por eso que Brasil eligió incluso un camino más prometedor, como el de promotor de la paz bilateral, trabajando conjuntamente con China, otro integrante del BRICS. Sin embargo, la capacidad industrial brasileña no pasó desapercibida. Sobre todo, porque el país es capaz de producir la muy necesitada munición de 35 mm para los tanques antiaéreos Gepard[21] que Alemania cedió a Ucrania (estos tanques son muy efectivos a la hora de destruir drones Shahed rusos), entre otros suministros y municiones[22]. Ante la solicitud alemana y estadounidense, el actual presidente Lula Da Silva ha declarado repetidas veces que no venderá ni cederá armas a Ucrania, ya que esto, según sus palabras, contradice su promoción de la paz[23] [24]. Incluso, Brasil se ha negado a enviarle munición de 35 mm a Alemania, ante el temor de que estas municiones sean re-dirigidas a Ucrania[25].

Como conclusión, en cuanto a los demás países con potencial exportador, la respuesta tácita ha sido unánime: ninguno donará armas ni municiones a Ucrania. Y es que la pregunta por la posibilidad de llevar a cabo negocios, ya sea proveyendo a Kiev o a Moscú choca con tres aspectos de la realidad geográfica, industrial y geopolítica de Hispanoamérica:

Como primer aspecto, la distancia geográfica con el escenario del conflicto. Para los partidarios de Moscú, se trata de distancias marítimas que facilitan mucho la interceptación por parte de potencias marítimas del Atlántico y el Pacífico, eso sin mencionar el costo del transporte. En segundo lugar, habiendo explorado las capacidades industriales de los países mencionados, si bien existe capacidad, en la mayoría de los casos las infraestructuras locales militares tendrían dificultades para proveer de forma efectiva a sus respectivos destinarios. Y como tercer factor, y el más importante, el geopolítico. Hispanoamérica posee una tendencia pacífica en torno a conflictos extranjeros. Por supuesto, existieron colaboraciones en intervenciones extranjeras en distintas épocas[26], pero en contextos muy específicos y en los cuales la victoria del bando respaldado era clara. Por otra parte, la región casi siempre ha dependido, y mucho más a partir de 1990, con el Consenso de Washington, de buenas relaciones con Estados Unidos y por consecuencia con el FMI. De ahí que finalmente, consideramos que la oportunidad para vender armas/municiones a uno u otro bando de esta guerra no es rentable ni política, ni industrialmente. Los países de Hispanoamérica tienen una proyección geopolítica de tinte más regional, en tanto sus intereses vinculados al desarrollo financiero e industrial dependen en gran medida de la llegada de inversiones tanto norteamericanas como europeas. Y si bien Rusia en estos últimos años ha fortalecido sus vínculos con varios países como Bolivia y Argentina, ya contando con sus aliados Venezuela, Cuba y Nicaragua, aún no ha consolidado una variable económica o financiera que pueda desplazar a Estados Unidos, Europa o incluso China como principales inversores en el área, dejando para otra conversación la conveniencia de esta relación.

Notas del autor:

[1] Nota de redacción (2024) – La OTAN suministrará más armas a Ucrania. Euronews. Disponible en: https://es.euronews.com/2024/01/23/la-otan-suministrara-mas-armas-a-ucrania

[2] Nos referimos a artillería de campo, entre 105 y 155mm, aunque también se solicitan municiones de varios otros sistemas de armas.

[3] Serrano, C. (2024) – Dinamarca anuncia que entregará toda su artillería a Ucrania. La Razón. Disponible en: https://www.larazon.es/internacional/dinamarca-anuncia-que-entregara-toda-artilleria-ucrania_2024021965d35d3e344c980001ae2fd7.html

[4] Furstenau, M. (2024) – Escucha sobre Taurus: espionaje ruso en Alemania. Nota de DeustcheWelle. Disponible en: https://www.dw.com/es/escuchas-sobre-taurus-servicios-secretos-de-alemania-advierten-hace-tiempo-sobre-espionaje-ruso/a-68448411

[5] Rivas, S. (2022) – Un recorrido por las Fuerzas Armadas de Cuba. Revista Pucará. Disponible en: https://www.pucara.org/post/un-recorrido-por-las-fuerzas-armadas-de-cuba

[6] Página oficial: http://www.cubagob.cu/otras_info/minfar/defensa_ingles/iindustria/iindustria.htm

[7] Nota de redacción (2024) – Cuba instalará cadena integral para producción de municiones de 7.62 mm. Infodefensa. Disponible en: https://www.infodefensa.com/texto-diario/mostrar/3144063/cuba-instalara-cadena-integral-produccion-municiones-762-mm

[8] Nota de redacción (2011) – Fabricarán munición rusa en la planta ‘’Ernesto Che Guevara’’ de Cuba. Russia Beyond. Disponible en: https://es.rbth.com/articles/2011/12/02/fabricaran_municion_rusa_en_la_planta_ernesto_che_guevara_de_cuba_13125

[9] Cajina, R. (2016) – Armados hasta los dientes: la remilitarización de Nicaragua. Revista Envío. Disponible en: https://www.revistaenvio.org/articulo/5259

[10] Es decir, el conocimiento técnico sobre su extracción, transporte y refinamiento. Desde 1900, gran parte de ese conocimiento era patrimonio primordialmente anglosajón y soviético en menor medida, el cual a partir de 1950 comenzó a desquebrajarse y posicionó a países árabes como actores relevantes a nivel mundial.

[11] Página oficial: http://www.cavim.com.ve/index.php/borrador-automatico/

[12] Farber, S. (2020) – Los médicos cubanos en el exterior. Disponible en: https://nuso.org/articulo/medicos-cuba/

[13] Op. cit. Disponible en: https://nuso.org/articulo/medicos-cuba/

[14] Declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores: Disponible en: https://cubaminrex.cu/es/declaracion-del-ministerio-de-relaciones-exteriores

[15] Mesquita, C. et al. (2023) – Cuba arresta a 17 personas por supuesto reclutamiento para combatir por Rusia en Ucrania. Los Angeles Times. Disponible en: https://www.latimes.com/espanol/internacional/articulo/2023-09-08/cuba-arresta-a-17-personas-por-supuesto-reclutamiento-para-combatir-por-rusia-en-ucrania

[16] https://es.statista.com/estadisticas/1412612/valor-vit-de-las-exportaciones-de-armas-desde-brasil/

[17] https://www.globalfirepower.com/country-military-strength-detail.php?country_id=brazil

[18] Nota de redacción (2016) – ¿Cuáles son los países latinoamericanos que más armas exportan? BBC. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/america_latina/2016/06/160602_economia_venta_armamentos_america_latina_lf

[19] Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania, Corea del Sur, España, Suecia, China, Japón, Brasil.

[20] Caiafa, R. (2022) – La industria brasileña de defensa mostrará sus innovaciones en Eurosatory 2022. Infodefensa. Disponible en: https://www.infodefensa.com/texto-diario/mostrar/3783125/brasil-eurosatory-2022

[21] El Flakpanzer Gepard es un tanque anti-aéreo de origen alemán surgido en la década de 1970. Posee un sistema de tiro automatizado y guiado por radar, lo que lo transforma en un arma muy efectiva contra elementos de baja altitud y baja velocidad, como los drones que se usan en Ucrania.

[22] Adicionalmente, para armas ligeras, artillería de campaña y tanques que usen el omnipresente cañón L7 para tanques (Leopard 1 en el caso ucraniano, también usado por Brasil).

[23] Nota de redacción (2023) – Lula says he is not interested in sending ammunition to Ukraine and proposes a peace forum. Revista Folha. Disponible en: https://www1.folha.uol.com.br/internacional/en/world/2023/01/lula-says-he-is-not-interested-in-sending-ammunition-to-ukraine-and-proposes-a-peace-forum.shtml

[24] Nia, O. (2023) – Brazil rejects German ammunition request for Ukraine. Disponible en: https://www.aa.com.tr/en/politics/brazil-rejects-german-ammunition-request-for-ukraine/2802513

[25] Nota de redacción (2023) – Brazil refuses sending tank ammo to Berlin fearing delivery to Ukraine. Revista Almayadeen. Disponible en:https://english.almayadeen.net/news/politics/brazil-refuses-sending-tank-ammo-to-berlin-fearing-delivery

[26] Varios países de América enviaron voluntarios y pilotos a pelear en las guerras europeas del siglo XX. Argentina participó de la Guerra del Golfo con el Operativo Alfil, Colombia participó en la Guerra de Corea, Cuba en Angola, entre muchas otras.

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