Guardianes del Valor: Explorando las Medidas de Seguridad del Billete de $100 de 1996
Autor: Gerardo Monteverdi. Técnico superior en documentología
Análisis de las medidas de seguridad presentes en el billete de 100 dólares de 1996, examinando sus elementos clave en la prevención de falsificaciones.
En la constante evolución de las prácticas monetarias, la implementación de medidas de seguridad en los billetes de curso legal desempeña un papel crucial. Este estudio se centra en un hito particular en la historia de la seguridad documental: el billete de 100 dólares emitido en 1996, uno de los más falsificados del mundo.
El billete de 100 dólares de 1996 no solo representó una actualización estética, sino también una respuesta estratégica a las amenazas emergentes de falsificación en un mundo en constante cambio. Este contexto sienta las bases para un análisis más profundo de las medidas de seguridad implementadas en este billete icónico.
Comenzaremos hablando del soporte, es decir, del papel moneda. Los dólares estadounidenses están compuestos por 75 por ciento de algodón y 25 porciento de lino, confiriéndoles una notable resistencia en comparación con el papel comercial convencional. La palpable distinción al tacto al recibir un billete se atribuye a esta composición única., al tocarlo debemos sentir esa diferencia. Pero la característica más conocida es que esta pulpa con la que se fabrican los billetes no posee blanqueadores ópticos, en consecuencia, al exponer un billete bajo luz ultravioleta, el mismo permanece opaco, (exceptuando el hilo de seguridad el cual resplandecerá de color violeta), no fluoreciendo de forma azulada como sí lo hace un billete falso confeccionado con papel común.
Ahora pasemos a los sistemas de impresión con los cuales se imprimen este billete, la calcografía y la tipografía, la que mas nos importa de estos dos es la calcografía, que le da dos características más importantes al billete, una es impresiones “realistas” y con líneas muy finas que no se tocan o empastan, y la segunda es el relieve al tacto, ya que la tinta queda por sobre el soporte y eso genera que al tocarlo sintamos relieve en las impresiones.
Enfocándonos ahora en el análisis de las medidas de seguridad, al examinar el billete a contraluz, es decir, proyectándolo en contra de una fuente de luz natural o artificial, se revelan dos elementos. En el lado derecho, se aprecia la marca de agua que incorpora el retrato de Franklin, mientras que en el lado izquierdo se distingue el hilo de seguridad dispuesto verticalmente, el cual alberga micro caracteres que exhiben la inscripción «USA100». Es esencial observar estos elementos tanto en el anverso como en el reverso del billete, ya que comúnmente la marca de agua e hilo se imprime en el reverso, generando así una sombra al ser proyectada a contraluz emulando la apariencia de una marca o hilo auténtico.
En la parte inferior derecha, se encuentra el número «100», el cual incorpora tinta ópticamente variable. Esta característica implica un cambio de color, transaccionando de verde a negro u oscuro al inclinar el billete. Es crucial llevar a cabo esta acción en dirección a la fuente de luz para apreciar adecuadamente este fenómeno. A menudo, se intenta emular tanto la textura como el color de esta tinta, pero la distinción fundamental radica en la capacidad de percibir el cambio tonal al girar el billete, elemento esencial para verificar su autenticidad.
En el numeral «100» situado en la parte inferior izquierda, se incorporan microimpresiones con la inscripción «100USA». Asimismo, en la solapa que presenta el retrato de Benjamin Franklin, es posible discernir, mediante el uso de una lupa, la inscripción «The United States of America». Estos detalles microscópicos representan elementos adicionales que contribuyen a la autenticación del billete, subrayando la minuciosidad con la que se ha diseñado e impreso el mismo.
En la impresión del prócer (Franklin) se utilizan tintas con propiedades magnéticas que se logran con el agregado de componentes ferromagnéticos. Al pasar dicha zona por detector magnético el mismo va a sonar o titilar dando cuenta de la presencia de este componente y de autenticidad.
En la parte posterior del billete de 100 dólares, se utiliza tinta metamérica con sensibilidad al espectro infrarrojo. Sin embargo, es necesario contar con instrumentos específicos para apreciar las características sensibles a esas longitudes de onda. Este fenómeno se conoce como metamerismo infrarrojo de tintas. Si una figura está impresa con dos tintas de tono o matiz idénticos, pero con propiedades diferentes, al exponerse a luz del espectro infrarrojo, solo se visualizará la parte de la figura correspondiente a la zona impresa con tinta reflectante de la luz infrarroja. Este aspecto añade una capa adicional de seguridad al billete, ya que su detección requiere herramientas especializadas. (GIANETTO, s.f.)
En resumen, los billetes de cien dólares están llenos de detalles únicos que los hacen difíciles de falsificar. Desde el tipo de papel hasta las microimpresiones y la tinta que cambia de color, cada elemento está pensado para asegurar la autenticidad del billete. Entender estas características nos ayuda a protegernos contra billetes falsos y a mantener la confianza en nuestro sistema financiero. Está claro que se trabaja constantemente para mejorar las medidas de seguridad, y es esencial que todos estemos informados para preservar la integridad de nuestra moneda.
Bibliografía:
- GIANETTO, M. (s.f.). Blog Seguridad Documental. Obtenido de https://seguridaddocumental.blogspot.com/search/label/tintas%20metam%C3%A9ricas
- CURRENCY, U. (s.f.). Obtenido de https://www.uscurrency.gov/es/denominaciones/identificadores-de-billetes
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