ActualidadNoticias

LA SOCIEDAD CIVIL EN LA OEA 2024: una fuente de debate sobre la presunta imparcialidad de la organización

Autora: María Gabriela González Bran (Guatemala). Graduanda en Relaciones Internacionales. Becaria de la Fundación Konrad Adenauer.

La OEA se caracteriza por ser una organización democrática y abierta, pero en esta edición parte de la sociedad civil cuestionó su imparcialidad.

Termina el periodo de Luis Almagro en la Organización de Estados Americanos (OEA). Después de ser electo en 2015, el Secretario General participó en su última Asamblea General (AG) de la OEA con dicho puesto. En esta ocasión, Asunción, Paraguay se encargó de ser el anfitrión de más de 20 cancilleres en la AG del 26 al 28 de junio, con el lema “Integración y seguridad para el desarrollo sostenible de la región”. Entre los principales temas de discusión se encontraban el fallido golpe de Estado en Bolivia, la situación política y de derechos humanos en Haití, Nicaragua y Venezuela, así como la integración y la seguridad para el desarrollo sostenible de la región (EFE, 2024).

La sociedad civil es uno de los pilares más importantes cuando de democracia y participación ciudadana se habla. En la OEA, desde 1999 se crearon espacios para que la sociedad civil se involucrara en las actividades de la organización; se estipula como un derecho y una responsabilidad (OEA, 2009). La participación de los ciudadanos se realiza en el “Diálogo de organizaciones de la sociedad civil y otros actores con Jefes de Delegación, y la Secretaría General de la OEA”, mediante coaliciones, cada una conformada por diferentes organizaciones aliadas. Sin embargo, este año hubo molestias por parte de un sector de la sociedad civil, al ver varias de sus coaliciones canceladas; tal es el caso de las coaliciones de grupos provida y profamilia.

En noviembre de 2022 la OEA le encargó una investigación a la Universidad de Virginia en materia de participación ciudadana en el organismo. Este año, se presentaron los resultados y el informe estipula que hay varias coaliciones de tendencia conservadora que abogan contra ciertos derechos humanos, como los derechos sexuales y reproductivos y los derechos LGBTQ. A estas organizaciones las llaman antiderechos, que monopolizan el diálogo con los mismos temas y que son grupos con mensajes discriminatorios a derechos de la diversidad sexual (Redacción ED, 2024). Es por ello por lo que la OEA decidió cancelar tres de cinco coaliciones del Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia.

Pese a las denuncias del Presidente de dicha organización, Aarón Lara, la OEA insistió y mencionó que las coaliciones anuladas son parte del Congreso Iberoamericano, por lo que ya son representadas, es decir, las organizaciones son vistas como una sola entidad en lugar de un colectivo de diferentes grupos. El diputado costarricense, Fabricio Alvarado, se sumó a las denuncias al exponer que es injusta la cancelación de sus coaliciones, las que, según él, han cumplido con los requisitos solicitados y han participado anteriormente en la Asamblea General, mientras que dejan que participen 12 coaliciones del lobby LGBT (Angulo, 2024).

La postura general de los grupos provida y profamilia se manifiesta en contra de la ideología de género, las infancias trans, y hasta cierto punto, incluso en contra de la Agenda 2030. Esta presión de la sociedad civil se vio reflejada en algunos países. Sin embargo, los principales referentes de esta postura fueron Argentina, Paraguay y El Salvador al pronunciarse en contra de la agenda 2030 para defender valores tradicionales, tales como la protección de la vida y la familia.

Argentina, mediante su canciller, Diana Mondino, exigió a la OEA que no apoyara “iniciativas ideológicas que atentaran contra la defensa de la vida, los derechos individuales y la libertad” (Redacción Latinoamérica, 2024), todos garantizados en la Constitución argentina. Paraguay, representado por el presidente, Santiago Peña, también declaró prioritaria la defensa de la vida, por ser inherente a la persona humana, garantizando su protección desde la concepción.

Entre los principales consensos alcanzados en esta Asamblea General está la Declaración de Asunción, que tiene 14 puntos, básicamente sobre cooperación hemisférica, paz, soberanía de los Estados y Derecho Internacional. Entre esos puntos está el compromiso de promover y consolidar la democracia en la región (Xinhua, 2024).

Es vital que las personas que ocupen los dos cargos más importantes en la Secretaría General tengan presentes estos temas, y no solo la importancia, sino la fuerza que tiene la sociedad civil en ellos. La OEA debe de hallar la forma de ser políticamente neutral y garantizar la igualdad de derecho de participación a todas las coaliciones, independientemente su postura, ya que para que prevalezcan los diálogos democráticos interregionales -y funcione de verdad el involucramiento de la sociedad civil en la organización-, es necesario que hayan posturas distintas y que se enfrenten en un debate respetuoso y con argumentos sólidos que busquen alcanzar un consenso sobre soluciones a los problemas comunes que aquejan a los diferentes países del continente.

Bibliografía:

Aviso Legal: El contenido del presente articulo no fue redactado por #ElAnalista, siendo el mismo de exclusiva autoría y propiedad intelectual de su creador. El artículo podría no reflejar las opiniones de #ElAnalista como organismo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.