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“La mafia: Conceptualización» Parte II

Autor: Díaz, Oscar Cesar

El efecto corrupción

Las posibilidades directas de existencia y permanencia de las mafias, no podrían darse sin la complicidad mínimamente de un porcentaje del aparato político. Es entonces cuando alguien podría plantearse el grado de fortaleza ética de la clase política, frente sectores con naturaleza violenta y criminal.

El objetivo de la mafia tiene dos posiciones, la primera es el percibir recursos económicos provenientes de las arcas de los podes públicos; y como segundo el poder (accionar) estatal de la policía y justicia. Llegando a tener el control en un gran porcentaje de algún tipo de administración del poder estatal.

Por este motivo es que la mafia y parte del Estado, pueden concretar una suerte de asociación, con uno o más organismos diversos, con el consecuente beneficio para el grupo. Suele dársela situación, pero no es natural, que la relación entre el sector político y la mafia presente una confrontación.

Es entonces deducible que la presencia de una mafia dentro de un territorio determinado, es indicador incuestionable de que corrupción en el poder político.

Las relaciones entre la mafia y los poderes públicos suelen ser de tolerancia mutua, dificultando diferenciando la fusión entre actores criminales y políticos.  

Mayoritariamente las mafias suelen tener preferencia por las democracias, esto no a ningún tipo de orientación filosófica o política, sino a las oportunidades y libertades que le brinda el sistema. Este sistema electoral puede posibilitar la manipulación, ya sea del electorado como así también de los partidos políticos, la designación de candidatos y el posterior desarrollo de programas diversos.   

La lucha verdadera contra la mafia requiere verdaderamente una voluntad de acción permanente.

En definitiva, el Estado y las mafias suelen mantener una discreta relación de modus vivendi, donde intentan ignorarse en lugar de destruirse. Llegando a una especie de aceptación uno del otro; estableciendo un vinculo de contigüidad. Regulan su nexo en virtud de un compromiso implícito de no agresión. Una garantía de progreso y longevidad lo representa un Estado ausente e ineficaz para mantener su actividad de control y represión hacia las mafias. 

La naturaleza de las relaciones sociales, donde la proximidad de lo político y criminal se encuentran alterados por ese límite, donde la legalidad suele ir acompañada de favores ilícitos. De esta forma algunos sectores de la población dependen de recursos que son diligenciados por la mafia, o actores contaminados por la criminalidad. Entonces parte de la ciudadanía no encuentra otra salida a sus necesidades que someterse a los favores otorgados.  

Y es que donde el Estado no alcanza, la mafia en su ausencia genera trabajo y distribución de recursos. Logrando de esta manera, un consenso social y popularidad, evidenciándose una relación de reciprocidad y subordinación.

Las mafias tienen dos maneras de fundamentar su autenticidad social, una denominada es la redistribución de los ingresos y el control del mercado laboral; y la segunda es en virtud de los mecanismos desarrollados con las diversas elites.

Como cualquier otro actor social, tienen diversas razones para relacionarse con el mundo político, dado que necesita una forma de expresión para la representación y comisión de sus intereses; y en definitiva convertirse en un actor inmerso en el sistema.

En referencia a las formas, la correspondencia entre la mafia y la política, camina desde la amenaza y la seducción, hasta el intercambio de servicio. Por lo tanto se establece un sistema de favores e intercambios recíprocos.

Por parte de la mafia la petición es por concesiones ilegales, por ejemplo adjudicación de contratos diversos, autorizaciones administrativas, etc.; como así también condescendencia judicial, como ser sobreseimiento en causas diversas, interrupción y cancelación en investigaciones, etc. En cambio el sector político solicita votos y dinero. Al carecer de normas morales y éticas, el ambiente político pasa a criminalizarse.

La admisión al sistema político requiere de tres opciones conocidas, la primera consiste en favorecer la postulación de amigos, por segunda la presentación de miembros en las elecciones y por último la negociación con los políticos electos.

Es por ello que anteriormente enunciamos que una realidad democrática frágil o débil, puede ofrecer diversas ventajas evidentes ante las distintas estrategias que la mafia puede utilizar.

Sin mencionar que el sistema admite una libertad de accionar incuestionable, tomando el libre comercio, la presunción de inocencia, etc. El dispositivo de intervención de los lectores, brinda espacio a múltiples tipos de atracción e intercambio de votos.   

Este sistema de intercambio estratégico, sumado a la posibilidad de fondos, faculta  a las mafias a practicar un control sobre la sociedad, además de los sectores criminales.

Los jefes de las mafias no solo pretender tener el control de estrato marginal, sino que también poseen el deseo y necesidad de incorporarse en la elite social y política, persiguiendo abandonar el al criminalidad y alcanzar el centro del régimen legal.  

La economía mundial como objetivo

La ascendente presencia del crimen organizado en los estratos financieros y económicos, han provocado una intranquilidad. El blanqueo de dinero, presenta una preocupación y podríamos decir que es una forma de combatir la consecuencia sin ocuparse primeramente de la causa. Una fase de un proceso que comprende en su origen actividades criminales, como ser las apuestas, extorsión, tráfico de drogas, etc., es el reciclaje del capital.

Reflexionar sobre el destino del capital y desprenderse de las fuentes que generan los ingresos, es solo tener en cuenta el final del procedimiento, contemplando la criminalidad desde una visión parcializada.

Por tanto, el dinero no solo es invertido o colocado en circuitos legales u oficiales, continuando una porción del mismo dentro de la marginalidad. 

Para conocer verdaderamente la dimensión en su fase inicial sobre el funcionamiento de las mafias, el discernimiento sobre la comisión de delitos que generan el capital, es necesario actualizar los esquemas preventivos.

La inclusión de las mafias en la moderna economía persigue imponer su propio modelo, como economía mafiosa.

Los Estados deberían de ocuparse sobre la impregnación mafiosa, tampoco suponer que dichos actores criminales al ser insertados en el mercado legal, abandonarían la criminalidad de sus actos.

La hipótesis sobre la recuperación de estos actores, resulta agradable y filosófica, dado que el gran porcentaje de hechos la contradicen. Esta especie de redención, suele ser sólo transitoria, mientras el actor es admitido en el sistema legal.

Resulta también ilusorio el esperar la existencia mafiosa dentro del mercado legal, como algo temporal, dado que sus estrategias son planteadas con una perspectiva de inserción permanente y a largo plazo.

Por otra parte, la cohabitación entre las actividades ilegales y legales, es facilitada por la globalización. Ya que pueden mantener vínculos de reciprocidad sobre servicios y bienes, generando una promoción de la actividad empresarial.

Las situaciones de conflicto y las relaciones entre las empresas y las mafias, poseen un soporte complejo de correspondencia de cooperación, prolongación y coexistencia.

Herramientas para su expansión

En el mundo de las mafias, se utilizan herramientas y modos de accionar, para su crecimiento. Estos son la corrupción, la amenaza y el asesinato; lo cual desemboca en dos sentimientos motores de naturaleza humana, como lo son la codicia y el temor.

Históricamente, la mafia siempre ha impuesto el poder a través de la fuerza.

Cuando la autoridad se encuentra constituida, la violencia deja de ser un elemento de aplicación continua, para ser una modalidad de tipo esporádica.

Entonces, podemos mencionar que la violencia pasa de la fase de realidad continua a la de potencialidad.

La violencia como herramienta continua, pertenece solo a un periodo inicial  de instalación del poder mafioso.

Es importante mencionar, que cuando el temor no es suficiente, por medio de la intimidación, el interés puede despertarse por medio de la corrupción. Evidenciando el proceso intrínseco que constituyen estas acciones. Ya que un individuo puede dejarse corromper por temor.

En definitiva, la aplicación de violencia es también en medida al fracaso de la intimidación y la corrupción.

Las mafias prefieren utilizar estrategias de control estricto sobre la violencia, la cual deber administrada. Esto responde no a situación de moral o ética, sino de cálculo objetivo. 

Ya que con la aplicación de ella, la mafia queda al desnudo, colocándose en la mirada pública y judicial, y sobre todo, de los medios de comunicación.

Las mafias se encuentran condicionadas por la necesidad de invisibilidad, es por ello que han reducidos drásticamente la utilización de métodos homicidas. Por esta razón es que la función de asesinato queda para aplicación interna; se matan entre ellos.

Para la eliminación de competidores, o solucionar temas internos o de Familia, aplican violencia. El asesinato, principalmente es utilizado en contrincantes o miembros desobedientes. Teóricamente, el ciudadano común no debería de preocuparse. La razón para esto último, no persigue moralidad alguna sino que persigue la necesidad de calma y continuar sin ser descubiertos.

Es bajo esta argumentación que la mafia no utiliza como herramienta principal al asesinato, y si lo es la intimidación. Mediante la intimidación, la mafia puede alcanzar gran porcentaje de los objetivos que se proponga.

Mediante la utilización de la intimidación, es a su entorno (familia, comunidad, etc.) al que limita y realiza el efecto de neutralización; y no al individuo mismo. Las amenazas pueden realizarse de forma determinada y concreta, o de también implícita, pudiendo no expresarse. Dado que ejecutada de forma figurada logra un final que crea un ambiente de temor pluralizado.

Principios de particularidad

Es importante mencionar que no existe a nivel globalizado una mafia unificada, sería una reflexión incorrecta y simplificadora. Sin embargo, resulta interesante reconocer que existe la una alta probabilidad respecto al riesgo comprendido, de que intente imponerse un modelo mafioso universalizado.   

Las mafias a nivel internacional, suelen simbolizarse con la consigna “actúa localmente pero piensa globalmente”. Por ello, se califica de esta manera a las organizaciones criminales transnacionales con características peligrosas.

Sostienen que, son hombres de honor y no solo por el juramento realizado sino por realizar la edificación de la elite criminal, no son como los demás delincuentes ordinarios; sino que son superiores y los peores de todos.

En su encarnación del crimen, la mafia pretende ser una aristocracia, comprobación de esto es la importancia que obtiene la palabra honor, siendo muy utilizada por ellos.

Este concepto aristocrático, adquiere y señala una particularidad en cuanto a una relación de discriminación sobre la criminalidad ordinaria.

Este nuevo grupo social criminal, se recluye de los demás criminales mediante la aplicación de diversos códigos de honor y la declaración de valores; cultivando una intensa de crueldad.

Es necesario establecer una serie de principios diferenciadores de la mafia, la cual es probablemente el sustrato cúspide o máxima expresión dentro del crimen organizado.

Como en la teoría de desarrollo evolutivo de Darwin, en el mundo criminal y la lucha por la subsistencia, perduran los individuos o grupos con una adaptación superior y que logran imponerse en la pirámide jerárquica.

Podemos referir que las mafias pueden comprenderse desde los tres pilares elementales del mundo animal salvaje; y son la aplicación de territorialidad, la jerarquización y por último, la utilización de la agresividad.     

Dentro de una variedad de generalidades geográficas o históricas, a continuación se enunciaran los principios representativos de una mafia.

Territorialidad, sostienen que todo orden ante todo debe ser control territorial. Ya los animales y algunos tipos de plantas aplican el control del espacio. La protección del distrito puede ser origen de todo comportamiento agresivo. El ser humano, es un animal con instinto territorial por excelencia.

Podemos definir como territorio mafioso al medio natural e histórico, al teatro de operaciones como el campo abstracto donde se desarrolla la particularidad, y al contexto o las diversas problemáticas.     

En definitiva, toda mafia posee su origen geográfico concreto y particular, su linaje histórico. Su solidez radica en el posicionamiento de fronteras intangibles, pero con límites reconocidos por quienes en ella habitan.   

Este criterio de territorialidad comprende implícitamente una capacidad de control político, económico y social.

El poder mafioso si bien resulte ser invisible, posee un rostro concreto y no se trata de algo impersonal. En su accionar encuentra como competencia diversas maneras de poder territorial, como lo son las fundadas por el Estado. Esta situación constituye escenarios de probable problemática dentro de un mismo territorio, donde surge un poder legal y visible; y otro ilegitimo e invisible. 

Entre estas dos formas de manejo territorial, la diferencia radica exclusivamente en la correspondencia con la legalidad o ilegalidad y sobre su legitimidad. La mafia no persigue la expulsión del Estado, como normalmente se entendería, sino que de forma discreta se favorece con su debilitamiento o ausencia.

Competencia de ordenamiento, vital para la solidificación del criterio de territorialidad, dado que simboliza un ordenamiento político alternativo al del Estado.

Desde un comienzo la mafia produce seguridad, protección y un orden, y de considerarse necesario causa violencia.

Por lo tanto, el orden es una necesidad concreta para la mafia y su actividad, resultando un importante elemento ideológico.

Sumado al enriquecimiento financiero, la mafia persigue el poder sobre la comunidad y las elites políticas y económicas. Le gusta presentarse como un personaje que aplica el orden, como discurso  legitimador y preocupado por la relación entre la delincuencia ordinaria y el Estado o sus elites.

El alegato sobre la utilización ideológica del orden, es un argumento de venta empleado ante el poder político. Sin embargo, lo más contradictorio no es esta ideología, sino el cometido control sobre el desorden que se atribuyen.

Entonces donde una mafia opera, no suele coexistir la delincuencia callejera u ordinaria, en contra del ciudadano común. Ya que es sabido por ellos, que la inseguridad ciudadana alarma a la población y en consecuencia a las autoridades.  

De acuerdo a los requerimientos, la mafia puede cerrar o abrir compuertas en cuanto al orden marginal. Permitiendo el desarrollo del delito para mantener ocupado a las fuerzas policiales, o conteniendo su accionar en vista de alardear sobre el control del poder criminal. Bajo el control de la mafia, la marginalidad ordinaria se encuentra regulada, ya sea en alza o baja.

La aparición de una mafia en un territorio, establece por naturaleza una expresión primitiva y en el límite de la legitimidad; su lógica se concreta en demostraciones de fortaleza y ordenamiento, carentes de moral y ética, y lejano del pode político.

Subordinación, como se ha mencionado anteriormente, la mafia es un Estado paralelo identificado como un contra gobierno, situado en la oscuridad y que se encuentra por sobre la legislación y limites transnacionales. El cual posee sistema normativo propio.

Como núcleo de organización criminal, la mafia se ocupa de sus miembros o comunidad étnica, ofrece seguridad y custodia; compitiendo con el Estado. A quien considera su enemigo, un extraño sin legitimidad.

En una mafia, el individuo desaparece en la organización, incorporándose dentro de una pirámide jerárquica de funcionamiento vertical. Donde cada individuo logra un vinculo de respeto y fidelidad hacia su superior directo.

Los miembros de estas organizaciones ejecutan órdenes sin realizar objeción alguna, el mandato no se discute, caso contrario se ejecuta la pena de muerte. En contra partida a esta obediencia total, el individuo percibe una protección plena.

El honor y la obediencia, para los llamados hombres de honor, consiste en base fundamental de coherencia. Ya que para la mafia, obedecer es honrar.

Es entonces cuando el mafioso se vuelve intocable, dado que si se le molesta o desacredita de alguna forma, responde todo el grupo.

La disciplina es del tipo militar, la obediencia no responde solo a titulo de sumisión u obligación, sino a la conformidad de un ordenamiento superior y legitimo.

La autoridad o dominación, responde a una edificación el tipo social y no a un hecho natural.

La potestad de un jefe mafioso, se mantiene gracias a un sistema de preceptos con dimensiones jurídicas y de orden, a la condición social e histórica de creencias antiguas, y al poder de convencimiento del mismo. 

Etnia y familia, una manera de sociabilización original la personifica una mafia, representa una hermandad de hombres.

Con un poderoso vinculo de solidaridad, el cual es voluntario y consciente. Estos hombres se consideran iguales, una misma cosa y por medio de un contrato de fraternización, se encuentran obligados a auxiliarse mutuamente cuando la situación lo requiera.

El vínculo de reciprocidad, se fundamenta en el principio de generosidad; la fraternización implica en el individuo un cambio de estatus completo.

Los miembros desarrollan hacia una misma comunidad, un sentir intrínseco de pertenencia, expulsando toda estructura de competencia. Ofreciendo a los mismos un entorno de protección, connivencia y camaradería.

La pertenencia pasa por un estricto criterio de pureza étnica y en algunos casos geográfica, ya que a estos se los tiene en cuenta como garantía de confianza y seguridad; también se sostiene que la sangre no sabe lo que es traicionar.

Entonces, la Familia mafiosa no resulta ser biológica ni natural, sino que lo es culturalmente, concebida a partir de un proceso selectivo. Es por lo tanto, de elección sobre los mejores. El poder no se transmite, salvo ciertas singularidades, no se hereda. 

La Familia reemplaza cualquier otro compromiso o relación social, el miembro ya no se pertenece, se encuentra supeditado a todo requerimiento de su familia de adopción. El individuo vive por y para las necesidades de la organización criminal.

Con la creación de las familias, la mafia realiza la función de unificación de la marginalidad. Ofreciendo un camino y proyecto, con identidad social que con anterioridad sus miembros no disponían.

El contrato de fraternidad constituye y permite que entre miembros, compartan similares valores.  

Pluralidad criminal, una mafia no restringe sus actividades a una especialización delictiva, su accionar es multicriminal, no descarta ni da preponderancia ninguna fuente de ingreso de capitales.

Realiza una valoración pragmática, donde ponderan las ganancias netas y los riesgos implícitos. En la práctica de la diversidad criminal, algunos de los sectores donde operan son el juego, falsificación y piratería, prostitución y pornografía, trafico de drogas y armas, extorsión, etc.   

El cálculo que realizan es del tipo racional y económico. Si la actividad criminal se torna muy peligrosa, por ejemplo el tráfico de drogas, la mafia suele retirarse.

En contraposición cuando el mercado aparece como prometedor, pudiendo ser el tráfico de personas, la mafia persigue imponerse.

Para este tipo de decisiones, no se basan en predilecciones ideológicas, morales o personales. 

Recapitulación

Durante el presente, se han desarrollado y analizado los rasgos característicos de la mafia y sus individuos.

Realizando un análisis superficial podríamos reducir al mafia a su mínima expresión criminal, es decir a claro objetivos materiales. Sin embargo, podemos aseverar que una intención manifiesta no determina realmente su intención real.

La naturaleza de una mafia es la de una entidad criminal pura, no es específicamente económica ni política.  Dado que desempeña funciones sociales diversas.

Por tanto, la matriz mafiosa es capaz de realizar un enriquecimiento ilícito y dominio político. Ya que por naturaleza, tiende a acercarse al poder dominante actual.

Actualmente, su existencia genera un espacio de criminalidad manifiesta, en los estadios políticos y económicos, llegando a producir una confusión sobre los actores económicos y políticos legales y las mafias.

La complejidad de la problemática radica en la penetración global y la posterior amenaza hacia la estabilidad del Estado; la globalización y el debilitamiento o baja participación de las autoridades de aplicación y/o el Estado, han tenido una consecuencia directamente relacionada y fundamental para el desarrollo de las mafias.

La ONU (Organización de las Naciones Unidas) mediante diversos foros, ha reiterado la urgente necesidad de establecer métodos múltiples, persiguiendo dotar a los órganos encargados de hacer cumplir la normativa vigente (ley).

Resulta esencial que estos modelos a diseñar, ya sean legales o políticos, se manifiesten respetuosos de los principios fundamentales del Derecho Penal y Procesal Penal, sin disminuir ni perjudicar los derechos humanos.

Por tanto, la cooperación a nivel internacional es de carácter imprescindible, es necesario coordinar políticas criminales y de considerarse necesario, homogenizar las distintas leyes o códigos.

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