HIDROVÍA: la ruta principal de exportación a Europa requiere un control más efectivo
Autor: Hernán Dario Romero. Diplomado internacional en Narcoterrorismo.
La Hidrovía es un corredor fluvial interconectado mediante un sistema de canales que vincula a la Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia a través de 3.442 kilómetros por los ríos Paraná (4.880 km) y Paraguay (2.621 km).
La porción argentina de la Hidrovía se extiende a través de 1.240 kilómetros y atraviesa varios puertos de Misiones, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco, Formosa y Buenos Aires. Los 12.000 barcos que circulan agua arriba (12.152) y aguas abajo (12.526) transportan 3.400 millones de dólares anuales en cargamentos de soja y mineral de hierro, además de 800 mil toneladas de combustible transportado por buques tanque; en temporada de cosecha de soja circulan por la Hidrovía 300 convoyes diarios. Para mediados de la próxima década se prevé un incremento de las cargas transportadas de 20 a 50 millones de toneladas.
La problemática en crecimiento del Contrabando y el Narcotráfico
El Río Paraná con 4.880 kilómetros de extensión recorre desde el centro de América del Sur hasta su salida al mar Atlántico, es un punto estratégico utilizado por organizaciones criminales que se dedican a los delitos complejos, como el tráfico de personas, divisas y narcóticos de todo tipo.
La Hidrovía conformada por el Rio Paraguay y el Rio Paraná son la fuente de recaudación más importante que tienen los países por donde realiza su recorrido natural, debido a su capacidad de traslado en cantidades y la falta de controles necesarios. Oportunidad que es utilizada por los clanes[1] locales, que van invadiendo territorios mediante el apoyo o participación activa de otras organizaciones más establecidas y estructuradas.
Los clanes o pandillas locales que conforman parte de las estructuras de producción y transporte hacia los centros de mayor población, trabajan en conjunto mediante acuerdos y negociaciones con carteles de renombre como el cartel de Medellín, en Colombia, quienes son parte también de la mayor producción de cocaína en el cono sur, junto a Perú y Bolivia. No sé descartan las conexiones con clanes como la familia MOTOK en el norte de Salta o el clan LOZA también con actividades en el norte de salta y se extiende al conurbano de la provincia de Buenos Aires.
Ruta de la cocaína que desemboca en el río.
Está conclusión es evidenciada por parte de las fuerzas locales, quienes publican en los medios de comunicación ciertos operativos exitosos, donde una de las características del modus operandi e interceptación de los cargamentos tienen en común varios factores como es el logo del delfín, marcado sobre los ladrillos de cocina, indicando su calidad.
Brasil tiene que hacer frente a nuevas rutas de narcotráfico que amenazan aún más con afectar a la seguridad del país. El diario Folha de São Paulo reveló una importante investigación de la Policía Federal brasileña (PF) que ha actualizado los mapas de la droga.
Hasta hace poco, había principalmente dos rutas que cruzaban el país. La llamada “Ruta Caipira”, operada principalmente por el Primer Comando de la Capital (PCC), que transporta cocaína desde Paraguay y Bolivia a través de la frontera de los estados brasileños de Paraná y Mato Grosso do Sul hasta los puertos del sureste del país, incluido Santos, centro neurálgico del tráfico hacia Europa.
Luego hay una segunda ruta, gestionada por el Comando Vermelho (CV) que, desde países productores como Perú y Colombia, a través de los ríos del Amazonas, transporta droga a puertos del noreste, en los estados de Ceará y Rio Grande do Norte.
Debido también a las políticas de represión policial, a este escenario se han sumado en los últimos años otras rutas de la droga, incluso fuera de Brasil, informó Júlio Danilo Souza Ferreira, coordinador general de la PF para la represión de drogas, armas y facciones criminales, a Folha de São Paulo.
Una procede de Ecuador, donde está presente el PCC, la otra va por los ríos Paraná y Paraguay a los puertos de Argentina y Uruguay con destino a los países europeos.
Teniendo en cuenta estos antecedentes se disminuyen el grado de incertidumbre que genera el saber su lugar de origen, las investigaciones y procedimientos realizados en la región NEA, nos deja en claro que las rutas hacia un negocio de mayor escala, sería tener el control del Río Paraná.
Es ahí, donde organizaciones establecidas en Paraguay, por ejemplo, el Ejército Popular Paraguayo (EPP) y Brasil, con el Primer Comando Capital, más allá de su disputa interna con el Comando Vermelho, necesitan ganar territorio, y ampliar su mecanismo. En los últimos años se logró determinar que el control de las plantaciones y producción de marihuana prensada ya se encuentran bajo el control y administración de la organización PCC.
El incremento del contrabando de diferentes tipos de mercaderías y encabezando la lista, se encuentra la soja en grano, que, debido a la paga de impuesto de retención a las importaciones de nuestro país, se convirtió en el principal producto que se transporta de manera ilegal hacia el país limítrofe de la república del Paraguay.
Entre los productos de contrabando, se encuentra el vino de elaboración nacional, como así también el tráfico ilegal de divisas entre ambos países. Este último se presume que se realiza con fines de lavado de activos y con la paga de mercaderías y estupefacientes. Esta actividad ilegal se realiza tanto en la zona del Alto Paraná limitando con Paraguay, como también en el Alto Uruguay con límite con Brasil.
Alto Paraná, cuenta en sus costas con una cantidad muy grande de picadas (bajadas a costa) que son consideradas como puertos clandestinos donde se facilita el paso para embarcaciones pequeñas que realizan varios cruces, para realizar la descarga de un solo camión.
Camiones que llegan de los grandes silos ubicados en el interior de la provincia, la mayoría de los lugares donde se practica esta actividad de cruce tiene la particularidad de encontrarse en zonas rurales donde la vegetación hace imposible la visión desde lugares alejados, como así también la proximidad a rutas provinciales y nacionales a las cuales se llega rápidamente por caminos rurales, facilitando así el ingreso para su descarga y su fuga en caso que las fuerzas de seguridad intenten detener la comisión del delito.
En las modalidades de cruce de bolsas de soja (por ejemplo), las cuales pueden llegar a pesar entre 50 y 60 kg son cargadas al hombro de personas jóvenes en su mayoría de nacionalidad paraguaya, conocedores del lugar, aprovechando los tupidos montes que se encuentran en la costa.
Por lo que se sabe mediante medios de comunicación del Paraguay, esta mercadería seria transportada a los silos que se encuentran en nuestro país vecino donde se facilitan los tramites de legalidad de dicha carga y así ser cargados en barcazas.
En mucho de los casos, los granos que son ingresados al territorio paraguayo, son cargados mediante la conocida maniobra de navegación paralela, en términos navales se lo llama ACODERADO (colocarse al lado), es así que se pasa la mercadería de una embarcación menor a el remolcador o las barcazas que son empujadas por dicho remolcador, maniobras que se llevan a cabo en aguas jurisdiccionales del Paraguay, en amarraderos, en costa o en plena navegación. La misma maniobra se utiliza para el transporte y carga de estupefacientes y/o precursores químicos para la elaboración de los mismos.
Es sabido que la ciudad de Rosario adquiere relevancia en virtud de que la cantidad de homicidios dolosos alcanzó cifras alarmantes. La escalada de violencia está relacionada con el aumento en la actividad de tráfico de droga y los conflictos de dominación territorial que acompañan ese crecimiento.
El escenario que se vislumbra en la ciudad santafesina se encuentra enmarcado en un contexto que concibe a la Argentina como un trampolín para la exportación de drogas. Rosario, por esta razón, resulta un punto geográfico estratégico, por ser el cruce de diversas conexiones internacionales y tener acceso a una amplia hidrovía fluvial.
La provincia de Santa Fe tiene 30 puertos privados y 4 públicos. Aquí confluyen carreteras con conexiones internacionales a Bolivia y Paraguay; porque cuenta con varios puertos privados en la orilla del río Paraná, indispensables para exportar la droga al exterior. También hay razones macroeconómicas de fondo ya que la masa de capital líquido atrajo el dinero ilegal, apto para lavar.
Paraguay es el mayor productor de marihuana de América del Sur: abastece a Brasil, Argentina, Chile y Uruguay de cannabis prensado. A pesar de su importancia como proveedor de cannabis, se ha producido una sorprendente falta de estudios serios de su impacto en su propia sociedad, y en el juego de la oferta y la demanda en los países vecinos. Convirtiéndose así en el tráfico fluvial de este estupefaciente la manera más frecuente y remunerativa para los traficantes.
En el último tiempo, a raíz de la emergencia sanitaria, los pasos fronterizos fueron cerrados provocando que los puertos clandestinos y pasos no habilitados se conviertan lugares con mucha actividad, pese a la emergencia estos puertos clandestinos siguen activos en el territorio costero sin disminuir actividades toda fuera de las normas estipuladas incluyendo el incremento de tráfico de estupefacientes.
Estas actividades se ven reflejadas en las estadísticas de los procedimientos realizados por las fuerzas de seguridad, en donde se puede observar las diferentes modalidades que estas organizaciones utilizan, por ejemplo la navegación paralela (acoderado) donde desde costas argentinas se observan los movimientos realizados en jurisdicción de aguas paraguayas, el traspaso de bolsas con drogas hacia barcazas o remolcadores que se encuentran en navegación o amarrados en las zonas de fondeo, estas cargas suelen hacerse de manera pausada y en pocas cantidades, convirtiéndose en un trabajo de hormiga, una vez finalizada las tareas se mantienen en aguas del país vecino para realizar el movimiento de esta mercadería hacia zonas de poco control, y así poder pasar en pocas maniobras hacia suelo argentino.
Muchas veces esta navegación continúa e ingresan al territorio argentino y finalizando en zonas portuarias como, por ejemplo, en la provincia de Santa Fe o en puertos de la provincia de Buenos Aires.
Los medios utilizados para dichas maniobras son lanchas con motores de alta propulsión y velocidad, canoas con motores de tamaños importantes y motos de agua, estos último son de mucha utilidad para el escape ante la presencia de las fuerzas de seguridad y de carga mucho más lenta debido a su capacidad de transporte, siendo así el trabajo de hormiga un poco más extenso.
Esto denota la falta de presencia y de controles por parte de las fuerzas de seguridad en nuestro país vecino la república del Paraguay, y a su vez la dificultad de poder tener un control o poder identificar las zonas consideradas más calientes, zonas de carga, de paso al territorio argentino.
En el año 2017, luego de un trabajo realizado por autoridades paraguayas la Secretaria Nacional Antidrogas (SENAD) y Prefectura Naval Argentina, se logró localizar un cargamento de 15 toneladas de marihuana ocultas en barcazas y un remolcador.
Las más de 10 toneladas de marihuana estaban cargadas en pequeñas barcazas junto a un remolcador de bandera paraguaya, a la altura del kilómetro 1.652 del río Paraná, en la localidad de Hohenau, Departamento de Itapúa, Paraguay.
En el mes de julio del año 2022 se secuestraron más de 5.170 kilos de cocaína oculta en un cargamento de arroz, en un puerto de Bélgica, en un trabajo en conjunto por el Ministerio Publico Fiscal del Paraguay y autoridades del país europeo lograron con éxito el operativo.
El secuestro de esta cantidad de cocaína confirma que las terminales portuarias paraguayas y la Hidrovía Paraná-Paraguay se transformó en una plataforma logística para la salida de la cocaína que se produce en Sudamérica.
Hasta julio del 2022, según fuentes del Ministerio Público de Paraguay consultadas por diario LA NACION, se secuestraron en puertos de Europa más de 42 toneladas de cocaína que salieron por la Hidrovía Paraná-Paraguay.
Conclusión:
Teniendo en cuenta, la expansión de las organizaciones criminales, es hora de poner la lupa sobre los aspectos legales de control y su rigurosidad, constante y exhaustiva sin invadir la privacidad ni generar perjuicios económicos a las empresas que transportan o que comercializan granos y mercaderías dentro de los términos legales.
Es necesaria la modificación e incorporación de instituciones que lleven a cabo tareas investigativas y de seguimiento a cargas irregulares en el ámbito portuario, controles que deben garantizar los derechos y reglamentos de exportación e importación que a la fecha se encuentran vigentes, para lograr el objetivo necesario cambios en los protocolos y convenios internacionales en donde se permita esta actividad llevarse a cabo con trasparencia por parte de los instrumentos de los estados que participan a lo largo de sus recorrido.
Argentina suscribió un Convenio Internacional sobre la Seguridad de Contenedores (CSC), a través de la sanción de la ley 21.967, promulgada en 1979. Ese año, apenas 50.000 contenedores se movieron en el país.
Veinte años más tarde, el volumen se multiplicó por 16 (unos 818.000). Y treinta años después, se elevó 35 veces: 1.750.000. En esos 30 años que pasaron, la incorporación de la herramienta fue inobjetable, pero nunca se reglamentó la ley de control de contenedores.
El convenio establece que cada administración deberá establecer procesos de control y de verificación de los contenedores de acuerdo con los criterios aprobados por el convenio internacional, e incluso podrá delegar esa función.
Argentina no tiene organismo a cargo de esta tarea. Ni la Policía Federal ni Gendarmería o Prefectura, aunque la Aduana se atribuya esta función. Esta ley específica sobre el estado y vida útil de los contenedores también limitan en debido control de las cargas en su interior.
Mediante el Decreto N°405/87 el cual específica sobre la reforma del art. 57 de la Ley N° 22.415, en el año 1987 delega las facultades de control sobre la carga y control de contenedores a la Administración Nacional de Aduanas, tarea que al día de hoy claramente supera la capacidad operativa de los mismos, dejando que la parte privada y los despachantes contratados lleven adelante el trabajo de controlar la carga dentro de los mismos.
Ámbito que se torna tentador por las organizaciones criminales dedicadas al Narcotráfico, encontrando un punto no muy reforzado en controles por las autoridades estatales, y siendo así un objetivo donde van adquiriendo poder y globalización de la criminalidad con el paso del tiempo.
[1] Clan: Grupo, predominantemente familiar, unido por fuertes vínculos y con tendencia exclusivista. En nuestro caso orientado a la actividad criminal. (https://dle.rae.es/clan?m=form)
Bibliografía:
- Artículo de infobae: El desafío de los narcos en Brasil.
- Artículo de infobae: cocaína con la marca en puente internacional Encarnación- Posadas
- Artículo de infobae: cocaína desde el Perú.
- Artículo de Lavaca: clan Loza. https://lavaca.org/mu189/el-clan-loza/
- Articulo de El Heraldo: golpe histórico al narcotráfico.
- Artículo de diario La Nacion: Cocaina por hIdrovias de PARAGUAY a BELGICA
- Artículo de Diario Digital Misionesoline: Aduanas Paraleas
https://misionesonline.net/2021/07/25/prefectura-aduana-paralela-misiones/
- Analisis DEL CENTRO DE ESTUDIOS EN ESTRATEGIA Y POLITICAS PÚBLICAS
Emmerich, Norberto, Geopolítica del narcotráfico en la Hidrovía Argentina, 2015 Instituto Administración Pública del Estado de México
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